FLASHBACK
“Una terrible enfermedad es detectada en la ciudad. El Doctor Brennan, ampliamente reconocido en su especialidad diagnostica una epidemia y da aviso a las autoridades; éstas no oyen su advertencia. Tiempo después, la epidemia es un hecho consumado. Ante la evidencia, el gobierno decide controlar la información para evitar el pánico, organiza brigadas represivas disfrazadas de fumigadores y prolonga las vacaciones escolares. Los habitantes fingen no darse cuenta y tratan de divertirse (...)”
No piense mal. Es la sinopsis oficial de la película El año de la Peste, dirigida por Felipe Cazals (Mex. 1978) cuyo guión está basado en la novela Diario del año de la peste, de Daniel Defoe (1660-1731)
MIEDO V.3
Es el año de la influenza, primero porcina, luego mexicana, posteriormente humana y ahora AH1N1. El año del Virtual Estado De Excepción aplicado a la zona metropolitana más grande de América y practicado, en menor medida, al resto del país.
La contingencia sanitaria aparentemente llegó a su fin este miércoles con el relajamiento de las medidas implementadas desde la Federación, pero el miedo, inducido desde el gobierno vía medios de comunicación, es sustituido por las campañas electorales que oficialmente iniciaron este domingo 3 de mayo con la aparición de otra epidemia, la materializada en espots de radio y televisión.
Así que ‘el misterioso y curioso caso de la gripa mexicana' poco a poco quedará atrás aunque con la amenaza de regresar en invierno. Sin embargo lo que tardará semanas, incluso meses en olvidarse, es la animadversión que surgió a nivel global contra México y los mexicanos debido al ineficiente manejo de la información que el gobierno calderonista en el inicio de su Año III de Guerra contra el Crimen Organizado, exhibe una vez más ante los medios de comunicación de todo el mundo.
La pena ajena, derivada de las pifias del secretario de salud federal, cuyas declaraciones recuerdan los mejores momentos de Foxilandia y su ¿Y yo porque?, sustituidas por el “Está ca...ñón” “No lo sé” “No tengo esas cifras” y un largo etcétera, son ya célebres entre los periodistas nacionales y extranjeros, poniendo en el centro de la coyuntura mediática mundial el triste papel de México ante la prevención, detección y control del virus.
A cambio de este mar de ineptitudes, tuvimos horas y horas de “información y analisis” programas especiales de prevención con ‘especialistas en salud’, ríos de tinta, miles y miles de paginas web que dieron cuenta de lo ocurrido desde el viernes 23 de abril, pero a pesar de ello y a dos semanas de que se prendieran los focos rojos, incertidumbre y miedo es lo único con lo que cuenta el ciudadano común.
La medida fascista del distanciamiento social promovido desde el gobierno fue tan solo un ensayo de lo que vendrá en los próximos meses, en los próximos años.
BIPOLARIDAD EN LOS PINOS
Muchas son las dudas y pocas las respuestas. La actuación del gobierno ante la crisis no deja de ser sospechosa, incongruente y cantinflezca. Aún no hay explicación del desvelo presidencial cacareado por los medios al recibir en el aeropuerto la ayuda de China para en cuestión de horas cambiar el discurso de país amigo a país xenofobico.
El gobierno federal pero también la mayoría de los medios de comunicación deberían hacer un alto en el camino, porque no se puede descalificarse a priori a países que siguen al pie de la letra los protocolos sanitarios para prevenir una epidemia, situación que México no hizo y China en su legítimo derecho hace. Lo irónico del asunto es que mientras se condenaba el aislamiento forzado, el gobierno prianista promovía el aislamiento teledirigido en espots y cadenas nacionales de un Calderón colérico, enclaustrado en Los Pinos; entrampado en una dualidad actoral de víctima a gallito, elevándose a héroe multinacional fanático de las carnitas michoacanas.
La historia, la crisis y la paranoia sería otra si México no hubiera desestimado la alerta de la Organización Mundial de la Salud del 11 de abril y hubiera tomado medidas similares a las de China con pasajeros provenientes de Estados Unidos, sitio donde se detectó por primera vez el virus. Pero eso es ficción porque las agallas y la visión de estado están todavía muy lejos... a cambio disparates patrioteros desde Puebla para todo el universo.
Ya no fue la guerra contra el crimen organizado declarada hace dos años frente al Monumento a Ignacio Zaragoza, ahora es una guerra biológica porque “el frente de batalla ha sido México y aquí hemos defendido a toda la humanidad de la propagación de este virus” ¿Y porque nada más se mueren los mexicanos? Esperamos con ansias una respuesta oficial.
FLASHFORWARD
El pleito panbolero y telenovelero del IFE con el duopolio televisivo, respecto a los tiempos de campaña ha quedado atrás pero no debemos olvidar las intenciones con las que los concesionarios actuaron, porque es innegable que estamos ante una Elección de Miedo V.3
Primero fue el miedo a una guerra de papel y de madera (Chiapas 94) luego el miedo a la izquierda (06) comprobado con la aparición del libro “Derecho de Réplica” del amo de los videoescándalos el sudaco Carlos Ahumada.
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